SORPRESA Y ESCEPTICISMO



Las interferencias políticas en una situación económica como la actual podrían dar lugar a una inestabilidad en grado considerable. Esta es la idea que como principal conclusión sobrevuela en los periódicos después de la reunión de Zapatero con los empresarios más relevantes del país; cuarenta horas de reunión tras las que Zapatero salía con la moral restablecida y la sonrisa a la vista.

Según Botín, la confusión que origina el debate sobre el futuro de Zapatero puede ser perjudicial, y lo necesario sería no plantear de momento ningún cambio ni ninguna decisión, que se ha de frenar el debate sucesorio, y que Zapatero ha de aguantar al  final de la legislatura para seguir planteando reformas, y así acelerar decisiones. Y Zapatero también lo parecía confirmar así ante la prensa:  La tarea aún es ingente y lo esencial a medio plazo es que las reformas culminen, que sean profundas y generen creación de empleo.



Las ideas que se plantearon durante la reunión fueron varias, fueron cuarenta horas con más contenido y puntos de interés que la que expresara Botín, a pesar de que su intervención tuviera cierto protagonismo, así como el gesto de su foto; un empresario que se va poniendo la chaqueta de camino a la reunión, que porta un móvil en su mano, y que camina con celeridad y parece expresar que no tiene mucho tiempo, que no está para escuchar milongas, mientras amablemente comenta: "hoy hace menos frío". Aunque las fotos de los periódicos se centraron específicamente en su imagen, a mi juicio no fue ni mucho menos la única perspectiva ni la más necesaria, aunque sí demostró ser una de las más interesadas en que el protagonista político no cambie.

Por lo leído en la prensa, además de la satisfacción de Zapatero y la perspectiva de Botín, también hubo ruido. Salieron a debate temas  mucho más necesarios de discusión que la continuidad política de Zapatero. Por un lado el empuje hacia un futuro más optimista para la formación profesional; se valoró la creación de becas para jóvenes desempleados de baja cualificación. También se discutió sobre la necesidad de un marco laboral flexible, la de disminuir el absentismo laboral mediante una adecuada cultura del esfuerzo, la necesidad de horarios más flexibles, y la reflexión necesaria para avaratar el coste de la energía. Todos ellos puntos claves que si nos paramos a analizar,  nos tocan directamente y personalmente a cada uno de nosotros.

Sería interminable contar cómo afectan cada uno de esos puntos, analizar por ejemplo cómo es esa búsqueda del equilibrio de nuestra vida laboral con la personal, contar cómo afecta la crisis a esos miles de parados, muchos de ellos, sin cualificación alguna, intuir cómo puede ser su futuro cuando se prevee que en diez años la oferta de empleo será en un 90% cualificada. Son muchos puntos y quizá pocas ideas para afrontarlos, porque tengo la sensación de que todas estas reuniones lo único que generan es una nebulosa de posibilidades que no tienen proyectos concretos, posibles, ni eficaces.

¿Qué se dijo de todo el ruido que hay sobre las Cajas, sobre su coste, su recapitalización, y sobre los deberes que no han cumplido? ¿Quién asumirá ese coste? ¿Qué de la crisis sobre los costes energéticos, de la necesidad de abaratar la energía; qué sobre el sector eléctrico, las energías renovables, el sector del gas y las centrales nucleares? Para el conjunto de los españoles es una realidad que no podemos seguir así, que al margen de los problemas estructurales de la economía nacional que sufrimos todos los días, se necesia un cambio que genere confianza, por mucho que la moral de Zapatero suba con estas reuniones.

No tengo duda alguna de que el presidente del Banco Santander sea un gran financiero, pero de lo que dudo rotundamente, es de que sus intereses vayan a coincidir con los míos, con los de la mayoría del pueblo español. Y lo que aún es más evidente para mí, es que los que pagamos mientras ellos invitan, se reúnen, y piensan en posibles soluciones, somos nosotros, que tenemos la moral por los suelos. No digamos ya dónde se coloca nuestra pespectiva de futuro, porque ya, ni nos paramos a imaginar. El futuro a día de hoy para mí es imprevisible. Ni idea en qué va a parar la que hoy nos está cayendo.

Quizá por ello esta reunión, además de mantenerme con la ceja alta, pero que muy alta, me parece un absurdo, por no decir un circo ostentoso e inútil. Los que perdemos siempre somos los mismos. Y comienzan las preguntas: ¿Estabilidad política para impedir la inestabilidad económica? ¿No han tenido suficiente tiempo o suficiente coraje para intentarlo, durante la estabilidad política de la legislatura Zapatero, que tenemos que escuchar esto a estas alturas de la película? ¿De verdad quieren que nos lo creamos? ¿Puede ser posible que los intereses de Botín, los intereses de esos grandes empresarios sean los mismos que necesitamos nosotros, ciudadanos de a pie preocupados por el trabajo, la salud, la educación y el futuro de nuestros hijos? ¿Qué supone este apoyo de los "grandes" en las filas socialistas? ¿Cómo se interpretará este apoyo de Botín a Zapatero entre quienes están en primera línea para suceder a Zapatero en el hipódromo? ¿Todos estos grandes empresarios que han solicitado a Zapatero que continúe hasta el final de la legislatura van a votar al PSOE? ¿Un partido socialista, preocupado por las ayudas sociales, por el empleo, por la economía de las familias, y por los derechos de los ciudadanos, que no entiende el lucro personal como principal valor en sus proyectos y acciones,  puede tener los mismos intereses que un gran banco, las mismas necesidades que un empresario de alta gama? ¿Qué tenemos que pensar los ciudadanos de a pie, que necesitamos tener un trabajo, unas mínimas garantías sociales, unos derechos laborales en un momento en que la inestabilidad afecta directamente a nuestra realidad cotidiana y nos machaca día sí y día también?

Sé que soy simplemente una ciudadana de a pie, y por ello mismo sé, que todas estas gestiones de los grandes me afectan. Sé que carezco de una formación específica en política o en economía, pero solvento día sí y día también,  los problemas de una pequeña infraestrucura familiar que a todas horas se enfrenta con las consecuencias de la gestión económica y social de esos ciudadanos que tienen como principal función  la gestión de la cosa pública. Ustedes legislan y gobiernan mi vida personal, señores políticos. Ustedes deciden indirectamente qué va a ser de mis ingresos, qué voy a poder solventar o no con ellos. Su gestión me afecta directamente. Y últimamente, a diario, me cabrea. Porque ustedes que me representan a mí, no me tienen en cuenta. Lo que me pensé el domingo ante los titulares de la prensa, es que no entiendo cómo los grandes empresarios pueden ofrecer al ciudadano de a pie. No comprendo que sean los privilegiados interlocutores de un gobierno que me representa. No me cabe en la cabeza que lo que ellos busquen sea lo que necesita la comunidad en la que vivo. Y sobretodo me pregunto, pues nadie estamos libre de falta; ¿todo esto que me viene a la cabeza, podría ser tildado de demagogia, de ceguera o de idiotez supina? Porque a lo mejor es que lo que soy es, además de corta en entendederas, imbécil. Pero luego pienso que no, que imbécil no soy. Y perdonen mi arrogancia.

Si he de expresar con palabras la primera impresión que me produjo leer los titulares de la prensa el domingo serían sólo dos: sorpresa y desconfianza. Y también una sola certeza; ocurra lo que ocurra, decidan lo que decidan, si se equivocan, y si no se equivocan también, quienes siempre lo van a pagar serán los mismos. Seremos los mismos. Pero eso a ellos no les afecta directamente, ellos tienen siempre sus espaldas cubiertas, y supongo que lo que no afecta así, tan de frente, puede incluso que de igual, y que la gestión entonces obedezca principalmente a beneficios propios, empresariales o personales. Que nosotros no somos nadie.

REFLEXIÓN EN SÁBADO.

 
Detente tan sólo un minuto en la mirada del otro.


Atrévete a ver.


Déjate arrastrar por los colores y el rostro del mundo.



Y olvídate de correr hacia donde ni tan siquiera sabes.





Cada día de la semana es una agenda de horas completas. Cada hora calculada, cada minuto plenamente administrado, y cada actividad programada por antelación. De lunes a viernes cada secuencia de nuestro tiempo es una acción cronometrada, necesaria, obligada por algo en concreto. Después de las carreras, el sábado nos regala momentos de pausa. Un kit-kat que disminuye la tensión en el pensamiento. De repente, el tiempo es mío, y me quedo cual funambulista buscando el equillibrio entre el vacío del sinsentido, y la lucha por el recuerdo de todo aquello que siempre quise mantener en mi maleta. Ratos de reflexión en los que si tienes la valentía de no ser egoísta, consigues no lamentarte, porque eres plenamente consciente de la enorme suerte que es vivir es la vida aquí. Al menos esto es lo que  ha sido este trozo de sábado mientras paseaba mis ojos por el trabajo de este fotoperiodista, Emilio Morenatti. Sus imágenes son aquello que la palabra no tiene capacidad de contar porque se siente corta, absurda y limitada. Gracias Emilio, por saber transmitirlo tú, y por poner sentido al sinsentido que a veces habita en alguno de nuestros días.


PORTUGAL



Ana Blanco comentaba en twitter que la parrilla informativa de hoy es de tal interés, que es difícil decidir con qué información iniciar el telediario. No le quito razón. Mientras escuchaba la radio y trataba de leer vía internet más sobre lo escuchado, era consciente de que hoy  iba a ser difícil centrarse. Profundizar mínimamente en todo era imposible. El tiempo siempre es demasiado escaso. Tenía que seleccionar e ir hacia aquello que me interesase más, y conociéndome como me conozco, centrarme en una sola noticia iba a ser una dificultad. Sooy, supongo, una metomentodo, aunque ayer por la ncohe la dimisión de José Sócrates, primer ministro de Portugal, a mí ya me dejaba bastante claro que mi interés hoy, salvo que surgiera un nuevo desastre, estaría sobradamente en mi país vecino.


Me parece de sentido común pensar que lo que le acontezca a mi vecino, me puede arrastrar a mí porque juntos habitamos y gestionamos el mismo espacio. Respetado un nivel de movilidad independiente, ante el que no hay consecuencias colectivas, todo lo que remueva los cimientos de su casa va a repercutir en la seguridad de la mía. Por ello, supongo que es evidente que la situación de la economía portuguesa  y su desajuste va a influir en el sistema financiero europeo, y evidentemente, sobre la economía de nuestro país. La deuda portuguesa en manos de la banca española es una muestra de ello, y es que las deudas soberanas son hoy el centro de todos los platos.

Portugal parece colocarse económicamente en la situación de Irlanda y Grecia. Podría ser un subsidiario de rescate económico si así lo solicita. Europa es consciente de esto, lo cierto es que así lo oferta. Portugal, incapaz de solventar sus problemas económicos, y metida ya en lo que parece una clara crisis política, influirá en el sistema finaciero europeo; en el  futuro del euro y sobre el pacto de competitividad que los líderes comunitarios tienen como punto de estudio en su agenda. Los datos están en las tablas. Y Portugal puede hacer que las líneas de lo programado se tengan que reorganizar.

La dimisión de José Sócrates anoche me pilló por sorpresa, estaba delante de otros asuntos. Su dimisión se produce después del rechazo del Parlamento a su programa de estabilidad y crecimiento, el cual ya tenía el visto bueno de la Comunidad Europea. Lo que no entiendo es como nuestra Ministra Económica puede decir que la de Portugal es simplemente una crisis política, cuando esta tiene detrás todo el meollo económico de la crisis económica en la que nos encontramos, la deuda soberana y todo un conjunto de medidas austeras que el parlamento luso no tuvo a bien admitir. De hecho, el Ministro de Finanzas portugués, Fernando Teixeira dos Santos, en días previos había dicho que la crisis política que podría provocar  el plan de ajuste del Gobierno, podría llevar a Portugal a tener serias dificultades de financiación y a tener que pedir el rescate de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Hoy la crisis política en Portugal es un hecho que deriva del desencuentro de sus líderes políticos a la hora de establecer soluciones y proyectos a una crisis económica que es más que evidente. Interpretar como un simple lapsus político toda una crisis económica de tan considerable embergadura es probablemente muy simple. Y lo que al igual que usted queremos, Sra Ministra, es que España no sea Portugal. Y que como usted dice, lo que hay que hacer es fortalecer la economía y llegar a compromisos lo más fuerte posibles. Y añadiría también, que esos compromisos además de sólidos, fueran realistas.

Aunque también es probable que lo único que se pueda deducir de mi entrada, además de la preocupación que por Portugal siento, sea la soberana ignorancia en finanzas que tengo, y la incomprensión que siento ante los conceptos macroeconomía y microeconomía. Lo único que sé es que en tiempos de crisis, la austeridad suele ser buena barca a la que subirse, y que todos deberíamos poner las barbas a remojar cuando vemos las del vecino quemar.

EL CONTROL DEL PLAGIO PERIODÍSTICO.




Estamos de acuerdo en que los datos son los datos, que los hechos son los que son, pero la reconstrucción de los mismos no puede ser exacta en gramática, exposición, argumentación y estructura. El contenido evidente de los hechos es observado subjetivamente, lo que le va a dar a la noticia una transmisión original, concreta y precisa. Los hechos, son siempre expuestos y narrados por un sujeto. Ese sujeto plasmará la noticia de una manera siempre personal; su honestidad no está en el modo y estructura de sus anotaciones, en los hechos que transmite, si no en la ausencia de manipulación de esos hechos, en la no omisión de lo que ha  acontencido. El discurso de la información, su orden y su presentación será ya la exposición de su subjetividad, y que presuponemos siempre honesta.

Una nueva herramienta dará un impulso importante a los medios de comunicación; la originalidad será un valor en alza. El azote al plagio mediante el control de su existencia nos llevará a ser más originales y precisos a la hora de informar. La información, lejos de ser una repetida voz de lo mismo, será lo que realmente es; la transmisión de unos hechos y las opiniones honestas de quienes observándolos se disponen a exponerlos y a explicarlos. Churnalims.com será la herramienta que lo haga posible. El término es una fusión de los conceptos churn (remover o revolver) y jornalism, (periodismo). La prensa de calidad se impone; esa comunicación que será veraz, original, y emitida desde perspectivas honestas y menos equánimes. ¿Será posible una información más veraz?

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LIBIA; EN EL PUNTO DE MIRA.


La dimensión de los hechos no siempre es visible. Los hechos muchas veces se nos escapan al entendimiento; no hay puntos de referencia que nos hagan comprender por qué algo hoy es diferente a como se veía ayer, o por qué lo mismo en un espacio es olvidado en otro. La guerra contra Gadafi es un hecho; la situación de Libia es grave. Si bien es cierto que Gadafi representa el más absoluto desdén hacia los derechos humanos, también lo es que dicha circunstancia no es de hoy. Tampoco es única en el mundo. Son muchos los escenarios en los que la vida de una persona no tiene valor; espacios en los que los derechos humanos son una entelequia. Simplemente no existen, y en ellos las personas son pisoteadas cual inmundas sabandijas ante el silencio de la comunidad internacional. Y sabiendo quien es Gadafi, lo que de verdad me remueve, es esa insistencia del Sr Zapatero en que con la intervención no se está buscando el derrocamiento de semejante personaje. ¿Qué se busca entonces? ¿Creemos verdaderamente que Gadafi va a construir una Libia libre, democrática y con menos injusticias? ¿O se buscan las condiciones "diplomáticas" necesarias para que Occidente no deje de tener la materia prima que nos mueve?

La guerra contra el régimen de Gadafi es una realidad, sin embargo, tengo la sensación de que no existe un objetivo concreto. El desconcierto es palpable. Tampoco parecen muy claras las acciones militares que se van a llevar a cabo. No tenemos más que pasear nuestros ojos por titulares como los siguientes; El líder estadounidense quiere desbloquear el conflicto en la Alianza. La OTAN asume el embargo marítimo pero aún no la exclusión aérea. Francia es la más reticente a que la OTAN asuma el liderazgo. Alemania, aún reticente, retira sus buques del mando de la OTAN. Rusia y China permanecen en desacuerdo, reticentes y confusas. Para mí, la intervención sobre Libia, no deja de ser un puzzle sin armar. Una discordinación de fichas en el que sólo se sabe qué pieza es la causa; el ataque de Gadafi sobre su propia población provoca en Occidente la necesidad de intervención.

Hoy, la guerra no está mal vista. La Ministras Chacón alega que las circunstancias de hoy se diferencian en mucho respecto a la intervención militar en Irak; aquella guerra, dice, se fundamentaba en mentiras, y la de hoy es legal y se apoya en cuestiones y razones humanitarias. Esta no es una guerra censurada, criticada, ni evitada; fue aprobada por mayoría en nuestro parlamento. Pero yo le diría a usted, Ministra Chacón, que las mentiras de esta guerra, también saldrán a la palestra. La mentira siempre es corta de patas, a pesar del matiz humanitario del que se la quiera cubrir. La guerra de Irak se libró sin autoridad reconocida, eso es cierto, no tuvo en cuenta la dirección para el orden internacional que es la ONU. Fue una guerra sin amparo institucional e injusta. Pero interiormente pienso que esta acción militar sobre Libia que no busca el derrocamiento de Gadafi, también tiene una razón de justicia endeble. La injerencia en los asuntos de un estado tiene que tener causas definidas, explicitas y explicadas. Las guerras pueden ser necesarias, sí, pero ello no las convierte en justas. Justicia y necesidad no son lo mismo.

Esta guerra no tiene repercusión ni grito; los de la ceja, tan entusiastas con su "no a la guerra", no se han dejado notar. No deja de ser conmovedor su incondicional apoyo a la figura de Zapatero, que con su silencio apoyen al político por encima de un "no a la guerra" que entonces la mayoría comprendimos muy bien. No sé si las guerras se pueden diferenciar en algo, si hay alguna circunstancia que las haga mejores o peores. Lo que sí las diferencia es el análisis de si podían haber sido o no evitadas. También la causa que las origina, esa también puede ser diferente en según qué guerra. Lo que inevitablemente las iguala son las consecuencias: estas siempre son las mismas, y siempre las sufren los mismos. Por eso en mi interior siempre habrá un no a cualquier guerra. Pero ya nos han explicado ustedes ayer que esta es una guerra legitima. El apoyo de la ONU así nos lo tiene que hacer entender, aunque dentro de la organización también ha habido muchos peros que se procuran silenciar. La repetición contínua de la humanidad de la que se revisten los hechos es un hecho que nos ha de quedar muy clarito a todos ¿verdad?; esta intervención militar es una acción humanitaria.

No puedo por menos que verle la ironía y el sinsentido a los hechos, además del agravante que es saber que Gadafi  no parece entenderlo así. Y mientras observo su figura exaltada, absurda y con cierto matiz de locura, pienso que lo que a mí personalmente me gustaría que me explicasen, no es lo humanitaria o no que es esta guerra, su legalidad, su inclusive necesidad, sino la diferencia que puede haber entre estos dos elementos, esos dos sátrapas que son Gadafi y Sadam.


Ayer estuve escuchando por radio la intervención del Presidente del Gobierno en el Parlamento explicando los hechos, las circunstancias que los preceden y que hacen de la intervención algo inevitable. Zapatero se ha implicado con entusiasmo en la intervención militar contra Gadafi. El congreso también ratificó por mayoría la intervención en Libia. Es una intervención humanitaria, dice, para defender a los ciudadanos de los ataques de las fuerzas libias. Afirma rotundo que la intervención se ajusta a la legalidad vigente; es una guerra además de humanitaria, legal. Reconozco que estas cosas me ponen los pelos como escarpias. Y que la duda sobre todo lo que se dice, sobrevuela mi entendiemiento, lo supera. Una guerra es siempre y será, una atrocidad.

Es cierto que las acciones de Gadafi habrían de ser frenadas; los hechos lo confirman, eso es evidente. Pero, ¿por qué hoy si hasta ayer se le han reído las gracias y por su Jaima han pasado líderes mundiales que no han levantado un sólo dedo para denunciar su absoluto despotismo? Libia se encuentra hoy inmersa en una guerra interna que ha sido amplificada por la comunidad internacional. Gadafi es una caricatura exaltada que no tiene el menor rubor de utilizar escudos humanos que preserven su figura. También ha demostrado que bien poco le importa matarlos. Ejerce un gobierno déspota que está dispuesto a quitar del medio cualquier hecho que le contradiga. Por supuesto que hay razones de peso para obligar a Gadafi a repensar su actitud, a que se retraiga y a que cambie de actitud, pero no dejo de pensar que su despotismo no es en absoluto algo nuevo,  y que hasta no hace mucho diversos mandatarios europeos parecían reír sus gracias. Occidente, en concreto España, le vendía armas también muy alegremente. Claro está que entonces las comodidades occidentales no estaban en juego, sólo miles de vidas en África.

Lo que me pregunto hoy, ya no es tanto por qué se decide intervenir Libia, sino por qué se hace precisamente en Libia y no  en otros lugares donde el poder es igual de tirano o más. Países en los que no ser respetan los derechos humanos, entre ellos, la vida. La vida de los que piensan diferente, la vida de los más débiles, la vida de los desheredados de la tierra. Y al contrario que la Sra Chacón, hasta se podría pensar que Irak también tenía su lado humanitario, esto se lo tendríamos que preguntar a los Kurdos, a los que quedan vivos, después de la la limpieza étnica que sufrió el Kurdistán bajo el mandato de Sadam. Ellos sí sabrían explicarnos las razones humanitarias que explicarían la guera contra Irak. Pero es evidente que los Kurdos nunca estuvieron en el punto de mira de los aliados que entonces decidieron atacar Irak. Los intereses son siempre otros.

Lo único que prevalece en mi pensamiento es que una guerra siempre es una atrocidad. Inhumana, delirante y de insospechadas consecuencias. Las guerras, lo único que tienen definido, es la causa que las origina; se sabe cómo empiezan, pero nunca cómo terminan. Hay que quemar muchas naves, hay que sopesar los hechos y el escenario antes de embarcarse en ninguna guerra, porque sus consecuencias, siempre las asumen los desheredados de la tierra; personas inocentes que sin tener nada, lo acaban perdiendo todo. Y sí, sé que simplemente soy una ciudadana de a pie, que la política internacional es más compleja de lo que podamos imaginar, pero también sé que una vida tiene el mismo precio en cualquier escenario, aunque parezca que lo hayamos olvidado. El mundo es un escenario de dolor en demasidos lugares, sin embargo muchos de ellos jamás son mencionados. Hoy Libia, es el único punto de mira, y parece no haber ningún desajuste más. Como si el resto del mundo estuviera de rositas.
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"No se puede estar en el mundo sin volverse uno furioso por las barbaridades que ocurren todos los días".
Joumana Haddad.

 JOUMANA HADDAD; UNA ESCRITORA LIBANESA. R5


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EXPRESIÓN


Estos días he leído varios textos que exponían como tema la cultura japonesa. La preemninencia del interés social sobre el personal es una actitud que enseña a guardarse las cosas personales, todo aquello que nos afecta, por respeto al otro. En la cultura japonesa es primordial la discreción, la mesura, y la contención de toda actitud que increpe o incomode al otro. El respeto al otro es la expresión más elevada de su modo de ser.

He leído numerosos artículos sobre por qué los japoneses no lloran, por qué no expresan mediante el llanto o la palabra su dolor, su sufrimiento o su impotencia. Es cierto que su cultura emocional es la de la contención, la quietud, el orden. Pero es también es cierto, lo he podido observar en múltiples imágenes,  que su figura no es la de la indolencia, que ésta no tiene nada que ver con la contención; el pueblo japonés está sufriendo lo inimaginable, y que por encima de su contención está la expresión absoluta de su sufrimiento. El dolor se puede palpar, a pesar de ese silencio y la ausencia de estridencias. Su quietud es el estupor del sufrimiento extremo recogido en el silencio.

El sufrimiento ante circunstancias tan extremadamente adversas como las vividas en Japón es incontenible. No permanecen insensibles, válgame el cielo. La expresión de un sufrimiento tan atroz es universal, es imposible de eliminar en cada ser humano, aunque en algunas culturas su exposición esté rodeada de discreción y absoluto silencio. Reconozco que muchas de las cosas leídas me han llegado a poner de mal humor. Yo no soy nada contenida, esa es la verdad. En Japón estaría muy mal juzgada mi manera de ser, eso es así, pero no por ello, se le puede tildar a una expresión de insensible. Soy tan consciente de mi vehemencia, que se cuela por cada uno de mis poros, como lo soy de su dolor silencioso que se escurre irremediablemente por toda su presencia quieta.

La comunicación de los sentimientos es imposible de ausentar en determinadas circunstancias, sean éstas de adversidad o de gratitud. La trasnmisión de los sentimientos es inevitable, universal, aunque no lo sea el modo. Y es imposible no trasnmitir en circunstancias como las que ha vividio y está viviendo Japón. Unos lo haremos a través de la rabia y las lágrimas, otros mediante su silencio, contención y quietud. El sufrimiento tiene un millón de caras.

El dolor que puede transmitir una mirada puede ser interminable, por mucho que esa mirada no llore, no grite y no se crispe. Aunque el semblante de la persona que lo porta sea de absoluta quietud, todo el dolor del mundo se puede traslucir en su discreta silueta. Se cuela poderosamente a través de su silencio. Así lo he podido obsevar en los japoneses. La discreción nunca es muda, y menos, cuando quien la habita es el dolor tremendo de haber perdido todo.

En estos días, a pesar de las mil cosas que he tenido que resolver, no he olvidado el día a día al que está sujeto el pueblo japonés. No lo he podido olvidar porque algunas miradas se han quedado pegadas con puro lotite en mi retina. Como ya dije en otra entrada, no es necesario leer nada para intuir lo que viven, basta con observar algunas imágenes para saberlo. El silencio de muchas fotografías es muestra de ello. Aunque no se haya derramado ni una sola lágrima el dolor está ahí; es existencial, sin consuelo y rotundo. Un sufrimiento sin consuelo posible.

Sirva esta entrada como signo de admiración hacia un pueblo, por su modo de enseñarnos a aceptar las desgracias, su actitud, y su voluntad para reponerse a ellas con entereza.

LA PELÍCULA DEL SÁBADO.







2005, EE.UU.
Género: Thriller.
Duración: 93 min.
Director: George Clooney.
Escritores: George Clooney, Grant Heslow.
Actores: David Strathairn, George Clooney, Robert Downey Jr., Patricia Clarkson, Ray Wise, Frank Langella, Jeff Daniels, Tate Donovan.



Basada en una historia real durante los años 50, década en la que el periodismo televisivo comienza su despegue, Edward R. Murrow, un periodista de la CBS, se enfrenta al modo de proceder de la Comisión de Actividades Antiamericanas, dirigido por el senador Joseph McCarthy, quien fuera el abanderado de  la cruzada contra el comunismo. En su discurso, Murrow, alude al deterioro de la televisión como medio informativo; realiza una denuncia sobre  la preminencia del valor "entretenimiento" situado por encima del valor "información"; esa labor para el debate, la investigación sobre la actualidad política y social que el periodismo es. Sin duda, una exposición de valores y contralavalores que está lejos de ser algo acontecido en los años 50. Hoy, es de pura y rabiosa actualidad.


INFANCIA ROBADA.


"Una adulto, puede hacer prácticamente lo que le de le gana;
una padre, una madre, simplemente no".
Josefina Aldecoa.


Los niños siempre acaban siendo las inocentes víctimas de las deficiencias, egoísmos y equivocaciones de los adultos. Se quedan muy solos. Demasiado solos en el entresijo de reproches, enfrentamientos y errores de sus padres, que como pareja, ven que su tiempo se agota. El egoísmo de los adultos llega a tener límites inadmisibles e insospechados. Me pregunto si esos padres que se creen adultos, ante sus desatinos y afrentas mutuas, se han parado a mirar los ojos de sus hijos; si se han molestado en preguntarles cómo están, cómo se sienten y si hay algo que les esté doliendo especialmente. Los niños soportan mucho, sí, pero no aguantan todo, aunque se queden sin decir ni mu.

Si miraran directamente a los ojos a sus hijos, y analizaran o trataran de comprender las respuesta que los niños dan cuando se les atiende, se comerían de un golpe cada uno de sus reproches; los presentes, los pasados y los que estén por llegar. Ante el dolor y sufrimiento de sus hijos dejarían de  lado sus necesidades de revancha, el rencor y la rabia. No es fácil terminar una relación, la frustación y la incomprensión casi siempre van de la mano, pero hay seres inocentes que aunque no intervienen, también la sufren de lleno.

Si realmente se preocuparan por sus hijos, intentarían por todos los medios llegar a un acuerdo y se pondrían a trabajar porque a sus hijos no se les perdieran demasiadas cosas en el nuevo reto de vivir sin sus dos padres a la vez. Pero ocurre que bajo el dolor del fracaso somos egoístas, nos convertimos en esa especie de ratas rabiosas que no ven más allá de sus propias narices. Mientras, un hijo guarda la respiración, encoje su mirada, y decide alojarse en el silencio de su angustia; hay dos adultos, su padre y su madre, que que están dispuestos a llevar por delante todo lo que sea necesario con tal de herir, unos padres que no le ven. Y no hay queja. Miran asustados sin comprender, aguantan lo que les echen, sin hacer ruido. Quedará en sus ojos la mirada asustada, huidiza, y silenciosa que acabará asumiendo la incapacidad para la emoción, la no posibilidad para el aprendizaje de la generosidad y la autoestima necesaria para madurar. Se le estarán negando los pilares básicos para construir su vida.

Visitar uno de esos centros de encuentro es desolador, y sin embargo, das gracias porque esos niños puedan contar con un espacio para el encuentro con sus padres sin tener que tragarse las consecuencias directas del cara a cara entre ellos. Otro cantar, es lo que tengan que oír cuando están con uno o con otro; los niños tienen los sentidos alerta, y lo reciben todo, todo, aunque no medien las palabras. No me atrevo ya a imaginar qué siente el niño cuando es utilizado como mediador para la crítica y desprestigio del cónyuge contrario. Es lamentable la manipulación. Y ellos como siempre, siguen siendo ese testigo silencioso; alguien que sufre, observa y calla. El síndrome de alienación parental es una realidad a la que algunos niños de hijos separados se enfrentan, y constituye una forma más de violencia contra la infancia. Su precio siempre será demasiado alto, y siempre carga con ello un ser inocente. A veces, dejamos demasiado solos a los niños. Y uno no puede evitar preguntarsé el porqué unos padres pueden ser el origen del daño hacia sus hijos, si es lo que más quieren en esta vida. Uno no alcanza a entender, esa es la verdad. Es incomprensible.

NO HAY PALABRAS.

Fuente @twitter.


No he realizado ninguna entrada dedicada a Japón, no creo que la palabra pueda contener ni describir el horror que una imagen, de las muchas recibidas, llega a transmitir. Eso no implica olvido. Sigo con mucho interés las noticias que sobre Japón nos llegan, y quiero expresar la admiración por quienes con su valentía y firmeza permanecen allí para contar cómo son y están ocurriendo las cosas.

Almudena Ariza (RNE)

También en quienes sin descanso, están al pie del cañón para que la seguridad en las centrales nucleares sea la mayor posible. Creo que estos sucesos son un punto de inflexión para no dejar en el olvido el debate de la reestrucuturación de las fuentes de energía a nivel mundial. Pero hoy, esta entrada, está dedicada a quienes con su presencia están tratando de evitar el desastre añadido que sería una catástrofe nuclear. Ellos, que permanecen al pie del cañón, se juegan íntegramente la salud y la vida.


EFECTO DOMINÓ.



La comunidad internacional se encuentra ante un momento tenso, ante una situación de posible cambio, quizá una transformación comparable al cambio ocurrido en 1989; el fin de la guerra fría. En 1989, dejaba de existir esa barrera física e internacional entre el Este y el Oeste.

Hace años, oí decir a un profesor, que el verdadero reto del siglo XXI sería la confrontación entre el mundo de Oriente y Occidente; que las consecuencias del colonialismo y protectorado que había existido en Oriente Medio y en el norte de África eran una asignatura pendiente de la comunidad internacional, y que algún día saldría a la palestra. El presente de esa asignatura es ahora.

Francia y Gran Bretaña a día de hoy consideran posible la intervención en Libia si la ONU y la Liga Árabe lo permiten. Las implicaciones y las consecuencias que ello supone han de ser tenidas en cuenta porque una intervención militar siempre tiene un coste humano considerable.

Siempre han de ser tenidos en cuenta los efectos que siguen a un cambio de fichas; el efecto dominó que supondrá mover la primera ficha que hoy es Libia.  Una intervención militar siempre tendrá consecuencias en las relaciones internacionales. No podemos negar lo evidente; cual efecto dominó, el cambio de una ficha, la intervención de determinadas coordenadas políticas van a influir en las distintas relaciones que los países tienen y tendrán.

El efecto dominó es una realidad que planea sobre la comunidad internacional, del que a priori sólo se sabe la causa que mueve la primera ficha. Luego ya no se sabe cuántas irán detrás, ni el efecto que tendrá sobre ellas. La comunidad internacional está ante un reto de considerables consecuencias. Una vez más salta a la palestra la legitimidad de una intervención; en qué condiciones la ingerencia de los países considerados democráticos y líderes mundiales sobre los países no demócratas es una acción legítima. ¿En qué condiciones se ha de encontrar un país para que pueda ser legítimamente intervenido por la comunidad internacional?, ¿y cuando se deciden las condiciones, se interviene en todos los conflictos en los que el sufrimiento humano por el recorte de derechos es una realidad?, ¿o sólo se realiza dicha intervención en aquellos países en que si no se interviene se pueden ver recortados nuestros cómodos derechos y necesidades occidentales? Yo no niego que la intervención sea necesaria, los derechos humanos están siendo claramente aplastados, pero no soy especialista en relaciones internacionales. Sólo pienso en por qué unos países son intervenidos, y otros, con igual o superior cota de deshumanización, caen en el olvido de la comunidad internacional, en el olvido de las organizaciones mundiales que han sido creadas expresamente para la tutela de los derechos humanos en el mundo.

La unión europea no tiene una posición clara; las posturas entre Francia y Gran Bretaña frente a Alemania e Italia están desencontradas. España parece que comienza a tomar posiciones claras, está a favor de la intervención, así lo declaraba la Ministra Carma Chacón hace un par de días. Alemania e Italia se muestran reticentes;  tienen un evidente respeto a las consecuencias de una intervención. Especialmente Italia, que teme una avalancha de refugiados. Francia, después de la gestión de la anterior Ministra de Exteriores, considerada pasiva y promovida por intereses personales y no políticos, como contrapeso a esa situación, quiere liderar la iniciativa, y junto a Gran Bretaña está a favor de la intervención. Países como China o Rusia, no declaran una posición clara ante los hechos ni ante sus consecuencias. La relaciones internacionales están ante un buen reto.

Francia presenta un plan global que aúne diferentes iniciativas; la salida de Gadafi, enviar una señal política clara al Consejo Nacional Libio _bien con el reconocimiento absoluto  o sólo como interlocutor válido pero sin legitimidad para representar al pueblo libio (este es uno de los puntos de discusión)_, observar y estudiar las opciones militares, tener en cuenta el estudio de soluciones humanitarias, la activación completa del embargo sobre armas, y un apoyo reforzado para la posible llegada de refugiados a Europa.

Si hay o no un apoyo de la Liga Árabe, eso es aún una incógnita, aunque lo que si queda claro es que no apoyarán una intervención militar. Además, a la intervención militar se le exige la existencia de  un valor añadido; la condición de que sea necesaria. Se necesita que se dé la realidad de un mandato jurídico claro, es decir, el apoyo de la ONU. Y un fuerte apoyo regional: el norte de África no puede ser intervenido así como así, la ONU necesitará del apoyo político de la Liga Arabe, de la Unión Africana, los Países del Golfo. Mover ficha no será tan fácil, y si se mueve, se habrá de tener en cuenta que como mínimo, las consecuencias nos van a sorprender.

Yo me pregunto, ¿cuándo y por qué se hace necesaria la intervención en los asuntos de otro país?, ¿por qué hoy la intervención sobre Gadafi y no ayer o mañana? La ingerencia internacional sobre un país concreto, ¿es una decisión que afecta a otros países de la comunidad internacional en los que los derechos humanos son aplastados o sólo sobre aquellos que tienen un claro interés "petrolífero" en las economías occidentales? (...)

La comunidad internacional está ante una coyuntura difícil. En las relaciones internacionales siempre empieza el movimiento con una ficha, a partir de ahí, se pondrán  en juego el resto de fichas. El efecto dominó, es una posible consecuencia; unas fichas caerán, otras quizá no, pero ya no tendrán la misma perespectiva. Cuando un país cambia, cambia el mundo; cuando un país cae, los demás tienen ante sí otra perspectiva, también otra capacidad de querer y poder actuar.  Cuando una ficha se mueve, todo el entramado y estructura de relaciones internacionales está en juego, y nunca se sabe bien, ni se puede calcular, las consecuencias exactas. Occidente y Oriente empiezan a mover ficha y el mundo entero permanece a la expectativa.

Si quieres ver el reportaje completo, pincha en el enlace siguiente:

ENEMIGO SILENCIOSO.

Ojalá lo ocurrido sea la palanca que eleve la reflexión a los medios de comunicación, a la opinión pública, a los gobiernos, a la comunidad internacional, y a la conversación del día a día. Los efectos letales del material radiactivo no sólo afectan a la generación que vive los hechos, afectará también a las generaciones futuras. Y ese, es un precio demasiado alto. Es tiempo de alternativas, de estructurar los cimientos de un futuro que  no tenga como moneda la calidad de vida y el derecho a la salud de las futuras generaciones.

TOMÁS GARCÍA YEBRA.

Tomás García Yebra (Madrid, 1956) estudió las primeras letras en Las Navas del Marqués (Ávila), el bachillerato en el colegio San Agustín de Madrid y la carrera en la Universidad Complutense, donde se licenció en Historia del Arte. Comenzó a ejercer el periodismo en el desaparecido diario Ya . Un reportaje suyo publicado en este rotativo fue distinguido con el premio Unicef. Posteriormente trabajó en el suplemento El Semanal , del Grupo Correo, una etapa en la que realizó reportajes por toda España y entrevistó a numerosas persona-lidades. Actualmente es Jefe de Cultura de la agencia Colpisa . Ha publicado tres libros de narrativa: El andarín de su órbita (1983), La dificultad de ser normal (1987) y El infierno son los otros (1990), dos de historia: Historia secreta de Las Navas del Marqués (2001) e Historia secreta de Las Navas del Marqués II (2005), y un polémico ensayo: Desmontando a Cela (2002).

_ Reconozco que soy contradictorio. Por un lado creo que la gente no debe saber, porque cuanto más sepa, más ingobernable. Eso es así. Pero a los escritores nos tienta hablarles a las personas de quiénes son y cómo manipulan sus cuentas.
_ Me parece muy bien, esa es precisamente nuestra labor: atizar estopa.
Párrafo de LOS CRÍMENES DEL MUSEO DEL PRADO, de Tomás García Yebra.


Esta novela policiaca, de tono irónico y delirante, ha sido mi tarea sabatina. Los diálogos de los dos personajes _el periodista Mariano Larra y el fotógrafo Fran Capa_ , son irónicos e hilarantes. Dos personajes anacrónicos que nos van a meter de lleno en sus correrías.  A través de sus conversaciones se soslaya una crítica mordaz a la sociedad que no te deja indiferente. Esos diálogos perspicaces destilan una fina ironía que es pura crítica hacia ese poder sibilino que nos maneja en aras de muchas cosas y todas tan buenas; de lleno topamos con los medios de comunicación y con la política. Mezclando realidad y ficción Tomás García Yebra nos saca hilarantes percepciones a traves de diálogos geniales, en tanto nos va introduciendo  de lleno en una trama policiaca en la que los únicos sospechosos de unos inexplicables asesinatos ocurridos en el Museo del Prado, son el periodista y el fotógrafo, que realizaban un reportaje sobre una exposición de Velázquez cuando los hechos ocurren. Y desde esa trama entramos de lleno en el Museo del Prado.






PARÁLISIS.



Vivimos en nuestra rutina del día; organizamos cada momento con la gestión que le pertenece. Actuamos. Estructuramos la agenda en cada instante, priorizamos actividades, cada actividad en su momento, y cuando termina el día refunfuñamos porque las horas no cuadran, porque algo que era importante no fue posible. Un día, todo ese puzzle se rompe. Se descolocan las fichas en tan sólo un minuto. Un golpe seco nos deja kao. Y la única ficha que desearías poder tener es la de la comunicación; poder hablar con los tuyos.

Impotencia ante el poder de la naturaleza; un tsunami de 10 metros llega a las costas de Japón tras un seísmo de magnitud 8,9.

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Hace siete años, también vivimos ese minuto de impotencia; esa inquietud y miedo ante la necesidad de comunicarte con los tuyos y no poder hacerlo. Son minutos muy lentos. Se paraliza todo el tiempo. En un 11 de marzo, hace ya 7 años,  a las nueve de la mañana los españoles paramos en seco, y algunos pudimos observar cómo nuestras manos nerviosas marcaban una y otra vez números de teléfono sin cobertura. Cientos de personas se quedaron sin comunicación para siempre.

Impotencia ante la inhumanidad del ser humano. Admiración también,  por todas las personas que intentaron ayudar en momentos tan impactantes. Y vergüenza por nuestra representación política. Eso es lo que recuerdo.


A día de hoy, este acontecimiento horrible, sigue sin estar resuelto, aún hoy la manipulación de los datos es un hecho, y que exista esa división entre los políticos y las víctimas es lamentable. En los instantes  de recuerdo, sólo deberían estar presentes la unión ante el dolor y el silencio que por sí solo provoca.
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REALIDAD y MÚSICA EN SÁBADO.


Emoción y razón; la base de lo que somos, los pilares del comportamiento y del entendimiento que tenemos del mundo. Lo que soy. Aquello que hace posible la comprensión del mundo que nos rodea. Su análisis y percepción. La posibilidad ilimitada para descubrir el mundo, para actuar, para admirar la belleza.

Hoy sábado, a través de las palabras del profesor Camilo José Cela Conde, se queda en esta ventana una pequeña introspección. Cada uno que divida la realidad, la analice y se quede con el trozo que le sea más necesario, incomprensible o sensato. Yo me quedo con esa parte que dice que sin emoción, el análisis de la vida, de lo que nos ocurre, y de lo que nos rodea, es imposible. Sin emoción perderemos una parte de la realidad, y nos perdemos a nosotros mismos. Sin emoción, lo que soy, es una quimera.




** El pianista George Shearing falleció el 14 de febrero 2011, tras más de siete décadas de intensa y magnífica carrera. Sirva este enlace como un pequeño recuerdo a su obra.

LA EDUCACIÓN EN EL MUNDO.


Hace ya más de sesenta y cinco años que se fundaron las Naciones Unidas. Los desafíos planteados por los conflictos armados han cambiado. Sin embargo, los valores y las instituciones en que se asienta el sistema de las Naciones Unidas siguen siendo más válidos que nunca. Debemos trabajar todos juntos, recurriendo a esos valores e instituciones, para afrontar la crisis encubierta en la educación y construir un mundo en el que todos los niños y sus padres puedan vivir libres del temor. Irina Bokova. Directora General de la UNESCO




Que estos datos no nos dejen indiferentes. Que no nos hagan deleitarnos en la fortuna que tuvimos al nacer aquí y no en otra parte, que no dejen que nuestro pensamiento corra un tupido velo sobre la realidad para no tener que mirar, para no analizar la parte de responsabilidad que me corresponde, esa que le afecta directamente a mi tiempo. No podemos quedarnos en la comodidad de que nada se puede hacer. El mundo no nos puede ser indiferente, es nuestro mundo, y somos parte activa en él. Y la educación de millones de niños es sin duda, el reto por excelencia.

28 millones de niños, en primera línea de fuego.

... A VUELTAS CON LA CULPA DE INTERNET.




Antonio María Rouco Varela, que hoy  ha sido reelegido para la presidencia de la Conferencia Episcopal Española, advirtió a los jóvenes sobre la atracción de las redes sociales que propician una estilo de vida virtual y vacío de encuentros y relaciones verdaderamente personales. Asi es como analiza Rouco Varela esta herramienta de comunicación universal que es internet, en el discurso inaugural de la XCVII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal. Además, ha insistido en que los jóvenes no sólo están expuestos a la influencia desorientadora del relativismo y de una actitud guiada por la indiferencia hacia el bien, sino también por una coyuntura histórica caracterizada por una crisis económica, socio política, cultural y ética con pocos precedentes.

Con los debidos respetos, no puedo estar más en desacuerdo con estas palabras. La naturaleza del medio no es moral. La naturaleza de internet no es moral, internet no es en sí mismo ni bueno ni malo, es simple y pura tecnología; ofrede su estructura electrónica como medio de comunicación. Internet es una posibilidad para aportar y recibir información sin precedente en la historia de la comunicación, es en sí mismo un medio para el ejercicio de la libertad. Hoy nos podemos comunicar más y mejor. Si no lo hacemos, si nuestra comunicación pudiera ser puro maniqueísmo, simple demagogia o un atentado al honor y a la dignidad de las personas, el juicio de acción inmoral no le pertenece al medio, le pertenece al comunciador, a quien difunde elementos distorsionantes, falsarios y denigrantes. Es a quien es responsable de la información a quien pertenece el calificativo de amoral, y por amplitud, es susceptible de ser enjuiciado además de por la moral, por la ley, en los casos así prescritos por ella.

La moralidad pertenece al hombre, es el hombre el que realiza actos buenos o malos, es al ser humano a quien pertenece el juicio y la moral sobre sus acciones, no al medio con que las realiza. La naturaleza de internet es la que tiene cualquier medio de comunicación, es un simple medio, es la posibilidad, y es evidente que pudiera estar mal utilizado, sí, pero el juicio moral sobre esa mala acción  comunicadora le pertenece al hombre que esta detrás de los datos, nunca al medio. 

Y perdóneme usted si pienso, esto ya es muy personal, que esta parrafada con la que nos ha sorprendido, obedece a las pocas ganas que la Iglesia ha tenido desde siempre para avanzar al ritmo que lo hace la vida. Es como si ustedes sintieran que la libertad, inherente a la persona, a ustedes les molestase. Se me hace evidente que aquello que hace a las personas más libres, y por lógica más responsables, a ustedes les cuesta, y les cuesta siglos. Usted ha calificado a internet como un instrumento poderosísimo para informar y comunicar globalmente, y así es. Yo le animaría a que lo conociera un poco mejor. No es más que el reflejo de la misma vida, y aquí, también hay mucho de bueno, de muy bueno. Hay cosas muy buenas que por internet circulan todos los días. Pero siempre catalogamos internet por lo que dicen otros, no por lo que vemos. Eso lo he comprobado más de una vez en conversaciones con personas que hablan mal de intertet; simplemente no lo usan, y se hacen garantes de una opinión que no elaboran desde su experiencia.

Sobre el relativismo, tan instaurado en nuestra sociedad según su valoración, internet lo único que ha hecho es, si cabe, ponerlo más en evidencia. Yo no creo que los jóvenes estén expuestos a la influencia desorientadora del relativismo por culpa de internet, sino más bien por las escasa formación y las pocas ganas de las generaciones que los preceden de sentarse a educar. Y en vez de echar valones fuera, pregúntese qué parte es la que la Iglesia dejó de hacer para que las cosas estén como están.

Yo, personalmente no creo que exista una actitud generalizada por la indiferencia hacia el bien, no lo creo. La gente quiere el bien, se preocupa, e intenta que sea una realiad. Es cierto que hay jóvenes absolutamente desorientados, padres también muy desorientados, y es así, porque este mundo cambiante es muy complicado. Y no es fácil para las familias de hoy, llevar el ritmo que se nos exige, sin dejar ciertos huecos. Y no hablemos ya de los huecos que la Iglesia nos deja a los creyentes, es enorme la distancia entre lo que ustedes preconizan, el ejemplo que dan y nuestro día a día. Y le digo, es muy complicado, sí. Y hacemos lo que podemos. Y le garantizo que es muchísimo el esfuerzo de las familias por salir adelante, y por hacer las cosas, y hacerlas bien.

Es más que evidente que la coyuntura histórica actual se caracteriza por una crisis económica, socio-política, cultural y ética importante (pero no la única ni la primera que ha vivido el mundo, ni la última, la vida es lo que tiene, es cambiante, dinámica, cae y se vuelve a encauzar y seguirá avanzando), pero también le digo que esa actitud, donde se ve rotundamente afianzada es en quienes para absoluto bochorno de los de a pie, deberían dar ejemplo. Y no, no quiero echar balones fuera, tenemos mucho que recapìtular sobre las acciones propias como para estar echándole la culpa a internet. Hay mucho por hacer, porque el reto está ahí; lo que hagas hoy, será la estructura que sostenga el mundo de las futuras generaciones, de nuestros hijos, y de los hijos  de nuestros hijos. Quiero decirle que lo que hoy vivimos, está intimamente relacionado con el ayer de los que nos precedieron. Intentemos pues hacer las cosas bien, y avanzar con la vida. Con la propia. Y usted, Sr. Rouco Varela, como representante de la jerarquía de la Iglesia, a mi juicio, cada vez se aleja más de la realidad, de la vida de sus fieles, y del mundo al que se enfrentan.