¡Mira que si nos hemos equivocado, Sabino...!
El Rey a su secretario millitar el 24 de febrero de 1981.
El golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 conmocionó a la vida nacional, paralizó a toda la sociedad. Es un tema que aún sigue vivo; por histórico, y porque aún queda mucho por comprender. En el momento en que Armada abandona el Congreso se termina el golpe de Estado. Lo que se hubiese hecho después sólo son hipótesis. Lo que sí son hechos históricos es todo lo que aconteció antes. Los principales responsables fueron juzgados y condenados. A partir de ahí, el silencio,aunque aún no haya sido relatada toda la verdad.
A día de hoy, es el origen de los hechos lo que de veras se quisiera conocer; ¿quién fue el motor del golpe?, ¿existía un proyecto político concreto?, ¿fue sólo una intervención militar?, ¿había una trama civil? Son cuestiones que aún siguen inquietando a la opinión pública. El 23-F sigue siendo una incógnita que busca respuestas que den sentido y comprensión a los hechos acontecidos. Es uno de los acontecimientos históricos recientes sobre los que más he leído. Cuando sucedió yo era sólo una niña, pero fui capaz de percibir la incertidumbre y temor con la que los adultos lo vivieron. El 23-F es uno de los acontecimientos más rotundos de la historia reciente de mi país, un hecho que secuestró la libertad por un espacio de 18 largas horas. Los responsables de la sublevación, un civil y 32 militares, fueron procesados, después han permanecido en absoluto silencio. Creo que hay una parte de la verdad que aún no ha sido desvelada. También, que la justicia, y la política, como arte de lo posible, y como posibilidad de equilibrio y bienestar de los pueblos, están obligadas a dar tiempo al tiempo, y que sólo los años y la estabilidad del país podrían dar lugar a la narración de la verdad sobre lo acontecido. Habrá que darle tiempo a la verdad, hoy lo que permanece es la duda. ¿Podrá ser posible conocer esa verdad algún día?
_ Dos personajes tan importantes en la política española en aquellos años como Gutiérrez Mellado y Fernández Campo han dicho con muy parecidas palabras y en distinta ocasión que "nunca se sabrá toda la verdad de lo ocurrido". Lógico. Pero hay que seguir esperando a que quizá los verdaderos protagonistas nos den la suya cuando escriban sus memorias, que es cuando se suelen decir las verdades "prohibidas". ¿Se atreverán?... _
23-F La pieza que falta. Testimonio de un protagonista. Ricardo Pardo Zancada. Ed. Plaza & Janés. 1998.
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