CUANDO EL PRECIO DE LA PALABRA ES LA VIDA.




El BARÓMETRO DE LA LIBERTAD DE PRENSA.

REPORTEROS SIN FRONTERAS.

DÍA MUNDIAL DE LA LIBERTAD DE PRENSA: 3 DE MAYO.

DECLARACIÓN DE WINDHOEK, 3 de mayo de 1991.


Expresar una opinión, una perspectiva, validar frente al otro la propia percepción del mundo no debería ser entendido nunca como una amenaza, sino todo lo contrario. La expresión por la palabra es el medio más exacto para comprender que el conocimiento de la verdad y las diferentes perspectivas que ésta tiene nos harán entender y construir mejor el mundo. Sin embargo, la palabra, esa poderosa señal de que el hombre piensa, percibe, analiza y disecciona la realidad, muchas veces es mirada con recelo, anulada sin piedad y enclaustrada en calabozos de silencio. Baste observar la ausencia de libertad que asola el mundo; el precio tan alto que tiene la palabra que se expresa libre. En lo que va de año, han sido asesinados 19 periodistas y otros 161 _además de 10 colaboradores y 121 net-ciudadanos_ han sido encarcelados.

Quien tiene algo que decir es amordazado por el más absoluto silencio. Hay palabras valientes que tienen un precio demasiado alto. Hay noticias, que por la verdad que trasladan y la certeza que transmiten se pagan con la vida antes incluso de ser pronunciadas. Intereses oscuros y poderosos mueven el mundo, así, latentemente y sin visibilidad, intereses que no están dispuestos a salir a la palestra.. Sólo unos pocos valientes han tenido agallas para acercarse a ese latido lamentable, poderoso e infame, pero lo han pagado con la vida. ¿Habrá justicia para ellos?

A veces la noticia tiene un precio demasiado alto. ¿Qué deberían entonces hacer los periodistas?, ¿callarse? ¿Seremos capaces de construir un mundo honesto sin la voz de los valientes? Sin lugar a duda, no. No podremos. Sin información, sin libertad de expresión, la construcción de un mundo justo se queda en el tintero; no será posible.

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